Yo soy de VE Global

Por Michael Elias, Voluntario de VE Global, Enero 2014

Llegué a Santiago después de un viaje de diez días en Costa Rica y Panamá. Estaba bronceado, con dos kilos menos de lo normal y exhausto. Después de un vuelo nocturno desde la Ciudad de Panamá, tomé un bus y caminé hacia el Hostal de Providencia, con muchas ganas de encontrar mi cama para poder recuperar el sueño antes de que comenzara la orientación de VE Global al día siguiente. Esperé con impaciencia en la recepción mientras los trabajadores del hostal solucionaban ciertos asuntos con respecto a mi habitación. Luego alguien me tocó el hombro y me preguntó.

¿Tú eres de VE Global, no?

Se trataba de Giancarlo, mi compañero actual de cuarto y con quien hice voluntariado en Hogar Posada del Niño, donde trabajamos con niños de escasos recursos que se sacaron de sus vidas en familia no muy estables. Nos presentamos, y quedó claro durante el curso de nuestra conversación que Giancarlo era carismático y le gustaba pasarlo bien. También quedó claro que no me dejaría ir a dormir. Pasamos la tarde comiendo mariscos en el famoso Mercado Central, conociendo los parques de Santiago y descifrando el sistema del Metro. A pesar de mi cansancio y el calor del verano, lo pasé muy bien. Esta tarde fue simbólica, en muchos sentidos, de mis primeras dos semanas aquí en Santiago – un período de profunda desorientación que al final fue muy grato gracias a la gran compañía y la emoción de la exploración.

Me encontré con el resto de los voluntarios al día siguiente en la orientación, junto con el equipo de VE Global. Todavía estaba cansado y tenía mucha tos que seguía de mi estadía en América Central, pero me alimenté de la energía que emanaba nuestro equipo. Los voluntarios de nuestra clase vienen de 5 países distintos, de diferentes edades y que siguen diferentes carreras profesionales. Pese a nuestras diferencias, parecía que todos compartimos un propósito en común al venir a Santiago, es decir, cambiar vidas y llegar a ser mejores defensores, educadores y también mejores personas dentro del proceso. Además, Santiago es una ciudad muy divertida con gran vida nocturna. Creo que todos los voluntarios pueden dar fe de eso ahora.

Con llegar a su fin la segunda,y última, semana de orientación , una pregunta aún ocupa un lugar preponderante para nuestra clase de voluntarios: ¿Realmente solo hemos estado aquí por dos semanas? Solo dos semanas y he conocido que temblores, pequeños terremotos, son muy comunes en Chile, que muchos partidos políticos de Chile forman coaliciones para las elecciones, y que te puede llevar una gran sorpresa si entras a un café con vidrios oscuros. He aprendido expresiones coloquiales de Chile, México, Venezuela y Alemania, en gran parte gracias a mis compañeros de cuarto y compañeros voluntarios. He profundizado más en el estudio de desarrollo de la primera infancia como nunca lo había hecho antes, y he recibido capacitación  que será muy imprescindible para mi labor como voluntario en Hogar Posada del Niño. En resumen, es difícil imaginar que uno se podría llenar de tantas emociones, experiencias y completos (básicamente un hot dog cargado de condimentos) en solo dos semanas.

Como oriundo de California del Norte, estoy obligado a decir hella al menos una vez en este blog. Para concluir, estoy hella (realmente) contento de empezar mi trabajo en el Hogar, para aprender más del equipo y los voluntarios en VE Global, viajar por América Latina y pasar los próximos cuatro meses en la hermosa ciudad de Santiago.