Un Día en la Vida de un Voluntario
El día de Rosalie
Rosalie es voluntaria en el Hogar Nuestra Señora de la Paz, una residencia para 30 niñas entre 6 y 18 años apróx.
8:30 – Me despierto, mi compañera me mira para que aplace el despertador dos veces. Tomo desayuno, usualmente cereales y fruta de La Vega, el gran mercado de comida en Santiago, tomo una taza de café y listo. Luego salgo a trotar y vuelvo a tomar una ducha
10:30 – Trabajo en algunos talleres para los niños, principalmente de artes o de lectura, ya que haciendo nuestro programa de verano, “Vamos a Leer”. Reviso mi correo para chequear que todo esté bien en nuestra oficina virtual.
12:00 – Voy al hogar. Es un largo viaje en metro y bus (1 hora y 30 aprox.) Llevo un libro para leer en el camino.
13:30 – Llego al hogar, saludo a todos. Los niños más pequeños llegan a mi alrededor y jugamos un poco. A las 2 almuerzo junto a las tías. Es un buen momento para conocerlas un poco más. Luego de haber comido muy rico, tomo algunas frutas del jardín.
14:30 – Iniciamos los talleres del día, por ejemplo hoy, hicimos letras del alfabeto con lana y pegamento para ayudar a enseñar a leer a los más pequeños. Como es verano ellos no tienen tarea, así que les damos libros para leer y repasar los libros con ellos cada semana. Después del taller, por lo general terminan charlando sobre la vida con los más adultos o jugando a la escondida para encontrar a los más jóvenes.
20:00 -Llego a mi casa y preparo la cena para mí y mis compañeras, también voluntarias en VE. Hablamos sobre nuestro día en los hogares y conversamos sobre nuevas ideas para futuros talleres. También hablamos sobre lo que haremos el fin de semana, esta vez, un viaje a Valparaíso.
22:00 – Reviso nuevamente mi correo, hablo con algunos amigos antes de quedarme dormida viendo “The Inbetweeners”
El Día de Michelle
Michelle era una voluntaria en el Hogar San Francisco de Regis, lugar donde habitan 25 niñas de entre 3 y 20 años. Ella también trabajaba en los comités de Programas y Desarrollo.
8:54 – Desactivo la alarma aunque no puedo despertarme bien ya que el día anterior llegué tarde a casa después de un viaje en bus desde La Serena. Preparo un rápido desayuno con granola, yogurt y frutas, las que compro en un almacén cerca del hogar. Pienso sobre algunas ideas para realizar actividades extra programáticas con las niñas, antes del almuerzo. Tomo el metro y me demoro 15 minutos en llegar al Hogar San Francisco (el hogar más cercano al centro de Santiago).
10:00 – Llego al hogar y busco a las niñas, quienes están listas para las actividades. Saltamos en el trampolín con un grupo de niñas, las más pequeñas del hogar, y luego las persigo en un juego donde actúo como zombi mientras ellas corren gritando de emoción. Después de quedarnos sin aliento, dejamos el trampolín y vamos hacia el patio con algunas niñas para jugar a la Pesca. Pese a que este juego atrae a muchas niñas, se acaba rápidamente porque algunas quieren jugar a lanzar naipes al aire. Las niñas son muy competitivas.
12:00 – Preparo el taller de guitarra con algunas niñas, antes del almuerzo. Muchas de ellas quieren aprender a tocar, pero solo unas pocas pueden participar en la mañana, por lo que planeo otro taller para la tarde.
12:45 – Durante el año académico (de marzo a diciembre), llegamos al hogar alrededor de las 12:45 en vez de las 10 de la mañana, y pasamos a buscar a las niñas a sus colegios entre la 1:00 y las 1:30 pm. La mayoría de las niñas llegan y almuerzan en el hogar, para así volver a sus colegios, pero otras terminan su día escolar a esa hora.
13:30 – Almuerzo junto a las demás tías (las encargadas de las niñas en el hogar). El almuerzo es la comida más importante del día, la que se prepara con ensaladas típicas chilenas como lechuga, tomate y repollo, aliñados con limón y aceite de oliva. El plato fuerte puede ser carne con agregados como arroz, porotos y/o fideos, y el postre: y, si la máquina de helados está funcionando, ¡puede ser el caos!
14:30 – Durante el verano, comienzo a preparar talleres para la tarde, en donde las niñas piensan acerca de sus metas para el año que viene, a través de pinturas, dibujos o sólo escribiendo sus logros en el mural. Cabe decir que los talleres de cocina son los más populares, por lo que planifico talleres en esta área en donde las niñas puedan pintar la pirámide alimenticia o hacer brochetas de frutas.
15:30 – Durante el año escolar, recogemos al último grupo de niñas que estudian en colegios cercanos al hogar, y las ayudo con sus tareas durante la tarde. Las niñas se muestran muy entusiastas cuando tienen que hacer tareas de inglés y me piden que las ayude. Luego, hablo con las niñas mayores y planeamos una salida al cine para la semana que viene.
20:00 – Llego al departamento en donde viven otros voluntarios de VE Global, abro una botella de vino y junto con guacamole y algo más, reflexiono sobre el día de trabajo con mis compañeros y planeo un evento a beneficio, mientras compartimos un gran vino (no muy caro), y piscolas.
23:5o – Llego a casa y traduzco algunos poemas que las niñas han escrito, y los pongo en un proyecto de un libro de poesía. Me doy cuenta que ya no aguanto más el cansancio y me quedo dormida pensando en el viaje del próximo fin de semana a la playa de Algarrobo…
El Día de Jess
Jess era voluntaria por ocho meses en la Fundación Promesa Niños, un hogar que alberga a 18 niños de entre 3 y 14 años. Ella además formaba parte de comité de Programas. Promesa se cerró en 2012 pero todavía representa trabajar en un hogar de niños en Santiago.
9:00 – Comienzo mi día motivada para ir a correr en un parque cercano, luego llego a casa a ducharme, me visto y aprovecho de comer algo antes de llegar a la oficina de VE.
10:00 – Tomo algunas provisiones y organizo actividades para el hogar, después me reúno con Nola, una de las otras voluntarias, para comprar el resto de las provisiones que necesitamos para las actividades diarias con los niños.
13:00 – Llego al hogar, y luego de saludar a los niños, almuerzo y converso con las tías por mientras. Bajo el almuerzo en el patio jugando a la “pinta,”al “alto ahí” y “policías y ladrones” con los niños.
15:00 – Hago un taller de cocina con algunos de los niños, preparamos un flan especial llamado “taza sucia” que contiene galletas de chocolate y dulces en forma de insecto. Reúno a los niños para nuestro primer taller de lectura para el programa de verano ¡Vamos a Leer! Me siento muy entusiasmada de ver a nuestros 14 traviesos niños pequeños, sentados y leyendo en silencio (y algunos con un poco de ayuda), y escuchando atentamente ‘La Oruga Muy Hambrienta’. Después del cuento, se dividen las “tazas sucias” para que cada uno pueda comer. El resto de la tarde leo, coloreo y converso con los chicos.
19:00 – Llego a casa a cenar y a conversar con mis compañeros de departamento antes de salir a tomar algo con mi compañero de intercambio, donde intento mejorar mi español y a la vez ayudarlo con su inglés.
22:00 – Llego a casa a revisar mi correo, y finalmente hablo con mi familia por en Skype antes de acostarme.